Magnetobótica:
menos incisiones y mejor recuperación.

Los avances de la medicina actual han puesto foco en cómo ayudar a mejorar la experiencia y la calidad de vida de los pacientes. Es el caso de la Magnetobótica. Levita Magnetics fue precursora en el campo, empresa creada por Alberto Rodríguez-Navarro, cirujano endoscopista chileno, quien se dio cuenta de que la energía magnética podía servir para algunos procedimientos quirúrgicos. Eso lo llevó a crear una herramienta que consiste en una especie de pinza que permite realizar menos cortes en cada operación.

Los imanes son usados en operaciones médicas menos invasivas; y pese a que no había ningún magneto aprobado por la FDA, por lo menos en Estados Unidos hay reportes y algunos artículos de otros doctores que han usado magnetos, pero éste es el primer dispositivo aprobado por este organismo norteamericano para uso en cirugías.

Según explica el cirujano digestivo de Clínica RedSalud Santiago, Rafael Luengas, quien expuso sobre el tema durante el Segundo Congreso Internacional de RedSalud, “las intervenciones en vesículas fueron los primeros proyectos de cirugía magnética, pero además se ha demostrado que se pueden usar en cirugía bariátrica, para separar el hígado por ejemplo, o en cirugía urológica para separar la próstata, lo que ha permitido al urólogo, ver mejor y definir las prioridades en las complicaciones quirúrgicas”.

Pero no es el único uso. Esta tecnología se ha utilizado en cirugías oncológicas para separar otros órganos, y además permite mezclar el uso de magnetos y no usar solamente uno, logrando trabajar en más de un órgano y tener acceso a una mejor visión dentro del abdomen al momento de la cirugía.

En Chile, la Magnetobótica es utilizada principalmente en Cirugía Bariátrica; y actualmente urólogos y coloproctólogos, están haciendo estudios prospectivos para el uso en esas especialidades.

Menos riesgo

El beneficio de esta innovación es que permite que los especialistas hagan menos incisiones lo que implica menor dolor para el paciente, una mejor recuperación post cirugía, además de menos riesgo de hernias.

Además, se pueden tener altas de pacientes más temprano, por lo tanto, permite una mejor cirugía. A su vez los costos son menores ya que, al usar un imán, disminuyen las incisiones.

A juicio de Luengas, los estudios demuestran que “los pacientes pueden estar en una cirugía, entre uno hasta cinco días menos hospitalizados, dependiendo de la complejidad de esta, lo que a nivel de costos significa una disminución importante”.